El nombre de este municipio proviene del vocablo taíno toa que quiere decir “mamá” y que era el nombre original del río La Plata, mientras que la palabra “baja” alude a las grandes extensiones de tierras llanas que caracterizan al territorio de Toa Baja.

La fundación de Toa Baja ha sido causa de algún debate, ya que algunos historiadores sostienen que tuvo lugar en el 1745, mientras que otros aluden a que su fundación se dio unos años más tarde. Para finales del mismo siglo, se conocía el área del asentamiento como la Ribera de Toa Baja y era clasificado como aldea. En las riberas del Toa, lugar del yucayeque del cacique Aramaná, Juan Ponce de León estableció la Granja del Rey. Los indios taínos que vivían en dicho lugar, bautizado como Santa Elena, fueron esclavizados y utilizados como mano de obra. Algunos historiadores sostienen que ésta fue la primera estación agrícola experimental de la Isla. Allí se introdujeron los vegetales traídos de Europa y se mejoraron los que se cultivaban en la Isla.

Para finales del siglo XVI, Toa Baja contaba con una creciente actividad agrícola y ganadera. La Ribera del Toa atrajo a numerosos pobladores durante el siglo los cuales llegaron a la región por la riqueza de sus tierras de aluvión y la abundante pesca. Los primeros en poblarla provenían de las Islas Canarias. Originalmente, el municipio estaba compuesto por los barrios: Candelaria, Pájaros, Río Lajas, Espinosa, Tamarindo, Mucarabón y Dorado.

Según fray Iñigo Abbad, la iglesia de Toa Baja ya existía cuando ocurrió la primera sublevación de los taínos. Este señalamiento demuestra que la iglesia es una de las más antiguas de la Isla. Fue construida en el 1759 como parroquia, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Concepción, San Pedro y San Matías. En la actualidad, está dedicada a San Pedro Apóstol. En el 1779, también fue bendecida y abierta la ermita de Nuestra Señora de la Candelaria en la hacienda El Plantaje. Cuando se funda el pueblo de Trinidad de Palo Seco en 1839, la ermita sirvió de lugar de culto para los residentes de esta comunidad.

Para 1776, existían 162 estancias, seis hatos, doce haciendas de azúcar y un trapiche propiedad de Agustín Losna. La zona enviaba a San Juan sus frutos: chinas, limones, guayabas y guanábanas. Se producía: azúcar, melao, aguardiente, maíz, arroz y un poco de café, el tabaco se empezó a cosechar en el siglo siguiente. Para el 1788, la población de Toa Baja ascendía a 414 familias con 2,203 miembros.

Cada año, las crecidas del río provocaban graves daños a los vecinos y sus cultivos, por lo cual los habitantes se veían afectados económicamente. En el 1841, la crisis fue tal que un grupo de vecinos solicitó trasladarse del pueblo a la “Altura del Dorado”, pero la mayor parte de ellos se opuso. Al año siguiente (1842), se creó el municipio de Dorado y para 1860 los habitantes de Toa Baja solicitaron ser anexados al pueblo de Dorado, ya que su pueblo sufría una grave crisis debido a la decadencia del comercio y la agricultura. Este traslado nunca se llevó a cabo.

Gracias a sus tierras fértiles, prosperó el cultivo de caña, la cual tuvo gran importancia en esta región. Para el 1878, Toa Baja contaba con cuatro haciendas de caña con máquinas de vapor y dos trapiches de bueyes. Algunas haciendas más importantes fueron la hacienda Media Luna, fundada por Cipriano Nevárez de 60 cuerdas de terreno y la hacienda Santa Elena, fundada en 1790 por Juan Rijus Feduchi de 100 cuerdas de extensión. En el 1897, se fundó la central Constancia, propiedad de Gerardo Soler. La misma poseía 450 cuerdas de siembra de caña y estuvo operando hasta el 1962.

Dichas centrales y haciendas requerían un gran número de trabajadores siendo los esclavos los utilizados para dicha industria. En 26 de marzo de 1843, estos se sublevaron y marcharon hasta el pueblo apoderándose de la Casa del Rey. A pesar de sus esfuerzos, eventualmente fueron vencidos por la milicia española.

La productividad de sus tierras y el desarrollo de la industria del azúcar en Toa Baja convirtieron al pueblo en uno de los proveedores principales de la alimentación y del desarrollo económico de San Juan. A medida que aumentaba la población de la capital, se intensificaba el consumo de los frutos que producían sus estancias y haciendas.

A principios del siglo XX, Toa Baja, al igual que otros municipios, fue incorporado al municipio de Bayamón mediante la Ley para la Consolidación de Ciertos Términos Municipales de 1902. Tres años más tarde, la Asamblea Legislativa de Puerto Rico derogó esta ley y volvió a constituir a Toa Baja como municipio independiente, con los mismos barrios que lo integraban en 1902.

A pesar de la transformación en la economía de la Isla, Toa Baja se mantuvo produciendo azúcar hasta las últimas décadas del siglo XX. La Finca de Beneficio Proporcional, operada por la Autoridad de Tierras y su subsidiaria, la Corporación Azucarera de Puerto Rico, cosechó 49,474 toneladas de caña de azúcar que a su vez produjo 3,616 toneladas de azúcar para mediados de la década de 1970. Para esa misma época, existían nueve vaquerías de primera clase.

Entrando al siglo XXI, Toa Baja se caracteriza por sus industrias licoreras, textiles y de efectos electrónicos, al igual que por un crecimiento en el sector de la construcción de numerosas urbanizaciones.

Bandera

La bandera de Toa Baja fue diseñada en 1980. La misma posee los colores dorado y verde, con llaves en oro y plata. La faja verde alude a las llanuras del Toa; el color dorado representa el sol que baña estas llanuras. Las llaves cruzadas en aspa simbolizan a San Pedro Apóstol, patrón de este municipio. En forma parecida, figuran las llaves, al relieve, en el frontal de plata (altar mayor) de la Iglesia Parroquial de Toa Baja, San Pedro Apóstol.

Escudo

El escudo de Toa Baja se compone de un campo de oro, con una faja ondeada de sinople, cargada de una llave de oro, puesta en banda, sobre otra llave de plata, puesta en barra, cuyas guardas están colocadas hacia el jefe. Hacia la derecha de ellas, hay una “F” gótica, coronada de oro, y hacia la izquierda, una “J”, también gótica y coronada del mismo metal.

La faja está acompañada de tres manojos de yuca con cinco hojas de cada uno al natural. En el timbre, se encuentra la corona mural de oro, con tres torres, mamposteada de sable y adjurada de gules. Rodean el escudo por sus flancos y punta, y cruzados por lo bajo, dos tallos de caña de azúcar, hojeados y rematados por flores de guajana, todo al natural.

La faja ondeada representa al río Toa, uno de los primeros mencionados en los anales de Puerto Rico y en cuyas riberas intentó Juan Ponce de León establecer la primera población de Puerto Rico.

Las llaves cruzadas en aspa simbolizan a San Pedro Apóstol, patrón del pueblo. La “F” y la “J” coronadas representan a Don Fernando II de Aragón y Castilla, y a su hija, Doña Juana, soberana de Castilla y León, a quienes se refiere el apelativo de Reyes Católicos, en la denominación de la Granja de los Reyes Católicos. Esta granja se ha conocido, históricamente, como la estancia que se dedicó al cultivo y a la aclimatación de productos agrícolas y que fue establecida junto al Toa por los colonizadores en tiempos de estos monarcas.

Los manojos de yuca aluden a uno de los principales cultivos de dicha granja y constituyen un símbolo de los indios que en ella trabajaron, ya que su principal alimento era el casabe o pan de yuca. La corona mural es la tradicional insignia municipal con que se timbra a los escudos de pueblos, villas y ciudades. Los tallos de caña de azúcar aluden al cultivo de ésta y a la industria azucarera, que constituyó la principal fuente de riqueza de Toa Baja, riqueza representada por el oro del campo del escudo.

Himno

Esplendido Toa Baja
Autor: Luis M. Santiago

Espléndido Toa Baja, jardín de mis amores,
tu luces por doquiera, tu hermosura sin par.
Son bellas y fragantes tus matizadas flores,
que vierten en el aire su esencia virginal.

Un sol esplendoroso, alumbra tu llanura,
risueña portentosa, por su fecundidad.
Pues luce eternamente su manto de verdura,
primicias venturosas del clima tropical.

Hermosea tus noches, perenne primavera,
y de tu luna hermosa el pálido rielar.
El Plata caudaloso, que besa tus riberas,
parece una serpiente de plata o de cristal.

Si en los dorados días de mi niñez dichosa,
Para colgar mi cuna, me brindaste un lugar,
Hoy quiero que me guardes para cavar mi fosa,
un sitio en tus llanuras bajo el sol tropical.

Luis M. Santiago
Autor del Himno de Toa Baja

Gentilicio

Toabajeños.

Cognomentos

Ciudad Bajo Aguas
Ciudad de los Valles del Toa
La ciudad de las Llanuras del Toa
Los llaneros
Los Mojaitos

Símbolos típicos

El panapén – Plato típico
La flor de maga – Flor nacional
La garza – Ave típica
La parcha – Fruta típica

Población

80,207 habitantes (Población estimada para el año 2016, census.gov)

Principal actividad económica

Manufactura y agricultura.

Ubicación

Límites Municipales

Limita con Dorado y el Océano Atlántico por el norte, con Toa Alta por el sur, con Dorado por el oeste y con Cataño y Bayamón por el este.

Barrios

Candelaria
Media Luna
Palo Seco
Sabana Seca
Toa Baja Pueblo

Lugares de interés

Antigua Alcaldía
Balneario Punta Salinas
Biblioteca Juana Barroso Martínez
Casa del Peón Caminero
Central Constancia
Central Termoeléctrica de Palo Seco
Ermita de la Candelaria
Estación del Tren (predios del periódico El Expreso)
Fortín El Cañuelo
Hacienda Santa Elena
Iglesia Católica Nuestra Señora del Carmen
Iglesia Católica San Pedro Apóstol
Isla de Cabras
Leprocomio
Museo Municipal Irma Picón

Personajes distinguidos

Altinencia Valle Santana – Educadora
Anacleto Ortiz Santana – Político
Basilio Milán Hernández – Comerciante, Ex-alcalde de Toa Baja
Domingo Ríos Román – Político y abogado
Ernesto Gandia Vilá – Político
Ernesto Juan Fonfrías – Abogado, novelista, poeta y ensayista
José Nevárez Landrón – Político y líder cívico
Julita Ross – Cantante romántica
Luis M. Santiago – Educador y autor del himno de Toa Baja
Manuel Padilla Dávila – Agrimensor y poeta
Miguel Rosado Maldonado – Agricultor
Teresina Delgado – Educadora y poetisa
Virgilio Dávila – Educador, agricultor y poeta